risas y sorpresas. Sofía se sintió más emocionada que nunca al ver cómo sus papás se esforzaban por hacer de su cumpleaños un día especial. Con cada globo que inflaban y cada juego que organizaban, su tristeza se desvanecía un poco más.
Escena 4: La Gran Fiesta (El día de la fiesta, amigos y vecinos llegan al jardín, lleno de colores y risas.) Sofía: (Saltando de alegría) ¡Es increíble! ¡Miren todos los globos! Martín: (Sonriendo) ¡Bienvenidos a la Gran Fiesta de Cumpleaños de Sofía! Lucas: (Con un guiño) ¡Y prepárense para la búsqueda del tesoro! Narrador: Los amigos de Sofía, al ver la alegría y los juegos, se unieron rápidamente. Rieron, jugaron y compartieron momentos mágicos, y Sofía se dio cuenta de que su familia era especial, no por tener una mamá, sino por el amor que compartían. Al final del día, mientras los niños disfrutaban del pastel, Sofía miró a sus papás, llena de gratitud y felicidad. ¡La Gran Fiesta de Cumpleaños había sido un éxito!
En un día tan especial como el cumpleaños de Sofía, aprendió una valiosa lección: la verdadera felicidad no proviene de tener todas las cosas que deseamos, sino del amor y la dedicación que nos rodean. Aunque su familia no era perfecta, cada globo inflado y cada risita compartida mostraban que el cariño y la unión eran lo que realmente importaba. Sofía se dio cuenta de que su alegría se multiplicaba cuando estaba rodeada de amigos y seres queridos, y que las mejores fiestas no se miden por los regalos, sino por los momentos mágicos vividos en compañía de quienes amamos.
Así, la moraleja es: “La felicidad se encuentra en el amor y las risas que compartimos, no en lo que tenemos”. Cada sonrisa y cada sorpresa son tesoros que construyen recuerdos inolvidables, recordándonos que lo más importante en la vida es valorar a quienes nos rodean y celebrar juntos las pequeñas cosas. ¡A veces, lo más sencillo se convierte en lo más especial!