Un Paseo Inesperado: Aventuras de Alba y Ale

Era una tarde soleada cuando Alba y su novio Ale salieron del cole. Las risas de sus compañeros aún resonaban en sus cabezas mientras decidían tomar un camino diferente hacia casa. Con cada paso que daban, el aire se llenaba de sorpresas. De repente, un pájaro de colores brillantes se posó sobre la cabeza de Ale, como si quisiera acompañarlos en su aventura. Ambos se miraron y rieron, sintiendo que ese paseo sería especial.

Continuaron su camino y, al cruzar un pequeño puente, encontraron un grupo de ardillas que estaban organizando una carrera. Las ardillas, con sus pequeños chalecos y gorros, parecían muy emocionadas. Alba y Ale se detuvieron a aplaudir y animar a los participantes. Una ardilla, con un gran sombrero de copa, ganó la carrera y, para sorpresa de todos, se acercó a ellos y les ofreció una nuez dorada como premio. Alba y Ale, agradecidos, decidieron guardarla como un recuerdo de su día.

A medida que avanzaban, se encontraron con un árbol gigantesco que parecía hablar. “¡Hola, aventureros!” dijo el árbol con una voz profunda pero amistosa. “Si me abrazan, les contaré un secreto.” Intrigados, Alba y Ale se acercaron y, tras un abrazo, el árbol les susurró que siempre había magia en su alrededor, solo había que saber mirar. Con sonrisas en sus rostros, continuaron su paseo, sintiendo que el mundo era más mágico de lo que pensaban.

Finalmente, llegaron a casa, llenos de historias y risas. Contaron a sus familias sobre las ardillas, el pájaro y el árbol parlante, y todos se unieron a sus risas. Alba y Ale se dieron cuenta de que a veces, los paseos inesperados pueden llevar a las aventuras más memorables. Y así, con una nuez dorada en su bolsillo y la certeza de que la magia siempre está presente, se prometieron seguir explorando el mundo juntos.

Moraleja:

**Moraleja:**

A veces, los caminos más inesperados son los que nos llevan a las aventuras más maravillosas. Alba y Ale aprendieron que la magia está en los pequeños momentos, en la risa de un pájaro colorido, en el entusiasmo de unas ardillas corriendo y en la voz sabia de un árbol gigante. Cuando decidimos explorar y mirar a nuestro alrededor con curiosidad, descubrimos que el mundo está lleno de sorpresas y belleza. No es necesario ir lejos para encontrar la magia; está aquí, en cada rincón, esperando a ser descubierta. Así que, la próxima vez que salgas a pasear, recuerda que lo importante no es solo el destino, sino disfrutar del viaje y estar abierto a lo que la vida nos ofrece. Siempre habrá algo especial por descubrir si tenemos los ojos bien abiertos y el corazón lleno de alegría. ¡Explora, ríe y abraza la magia que te rodea!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *