En un valle lejano, donde los árboles eran tan altos como montañas y las flores sonreían al sol, vivía una niña llamada Lila. Cada noche, cuando caía el sol, Lila se negaba a dormir. Prefería jugar en su habitación, donde sus juguetes eran sus mejores amigos. Pero esa noche, algo mágico iba a suceder.
Mientras Lila estaba en su mundo de juegos, un suave susurro la llamó desde la ventana. Al asomarse, vio a diez dinosaurios de colores brillantes, cada uno más sorprendente que el anterior. Había un Tiranosaurio Rex que era muy amigable, un Triceratops con un gran cuerno en la frente y un Velociraptor que sabía contar chistes. “¡Ven con nosotros, Lila! Esta noche es la Noche de Sueños y queremos mostrarte un mundo especial”, dijeron al unísono.
Intrigada, Lila se puso su abrigo y siguió a los dinosaurios hacia el bosque. Allí, los árboles brillaban como estrellas y la luna parecía un faro. Los dinosaurios le enseñaron a volar sobre nubes de algodón de azúcar y a deslizarse por ríos de chocolate. Juntos, hicieron castillos de estrellas y jugaron a atrapar sueños en frascos mágicos. Lila nunca había sido tan feliz.
Sin embargo, pronto el cielo comenzó a cambiar de color. «Es hora de volver a casa», dijo el Tiranosaurio con una sonrisa. Lila, aunque no quería que la aventura terminara, comprendió que era hora de descansar. Los dinosaurios la llevaron de vuelta, y antes de despedirse, le regalaron un frasco lleno de sueños. “Ábrelo cuando necesites recordar esta noche”, le dijeron. Lila se acomodó en su cama, sonriendo, y mientras cerraba los ojos, sabía que en sus sueños, siempre habría un lugar para sus amigos dinosaurios.
La historia de Lila nos enseña que la diversión y la aventura son maravillosas, pero también es importante escuchar a nuestro cuerpo y descansar. A veces, nos dejamos llevar por el deseo de jugar y explorar, olvidando que el sueño es esencial para nuestro bienestar. Lila vivió una noche mágica con sus amigos dinosaurios, pero al final comprendió que volver a casa y dormir era necesario para disfrutar de nuevas aventuras al día siguiente.
La moraleja es: **“Diviértete y sueña en grande, pero no olvides descansar. El sueño te dará la energía para vivir más aventuras.”** Al igual que Lila, todos podemos encontrar magia en nuestros sueños, siempre que recordemos cuidar de nosotros mismos. Así, cada mañana será una nueva oportunidad para explorar el mundo, aprender y jugar con alegría.