En un pequeño pueblo, todos los niños hablaban de los misteriosos «obtimos». Se decía que eran criaturas mágicas que vivían en lo más profundo del bosque, y que concedían deseos a quienes los encontraban. Nadie sabía a ciencia cierta cómo eran, ya que siempre se escondían de la vista de los curiosos.
Un día, Sara, una niña valiente y aventurera, decidió adentrarse en el bosque en busca de un «obtimo». Tras horas de búsqueda, tropezó con una pequeña criatura brillante que se escondía entre las hojas. Con sorpresa, descubrió que los «obtimos» no eran más que adorables criaturas con grandes ojos brillantes y colores vivos.
Los «obtimos» le contaron a Sara su secreto: su magia residía en la amistad y la bondad. Solo aquellos que mostraban generosidad y alegría podían verlos y ser recompensados con sus deseos. Desde ese día, Sara visitaba a los «obtimos» con frecuencia, compartiendo risas y sueños con sus nuevos amigos, y aprendiendo el verdadero valor de la amistad y la solidaridad.
La noticia de los «obtimos» se extendió por todo el pueblo, y pronto todos los niños querían encontrar a estas encantadoras criaturas. Gracias a Sara, el bosque se llenó de risas y juegos, y la magia de los «obtimos» se hizo presente en cada corazón generoso que buscaba la compañía de estos seres especiales. Y así, el secreto detrás de los «obtimos» se reveló: su magia estaba en enseñar a los niños a ser mejores personas y a valorar lo realmente importante en la vida.