En un bosque encantado, donde los árboles susurraban secretos y las flores bailaban al ritmo del viento, vivía un hada llamada Lira. Un día soleado, Lira volaba alegremente entre las ramas, disfrutando del canto de sus amigos, los pájaros y las mariposas. Sin embargo, en su despreocupada diversión, no se dio cuenta de que un gato blanco, solitario y triste, la observaba desde un rincón.
El gato, llamado Nieve, había intentado unirse a los juegos, pero su aspecto peludo y su mirada intensa habían asustado a los demás. Cuando Lira se dio cuenta de la presencia de Nieve, un escalofrío recorrió su cuerpo. Gritó con todas sus fuerzas: “¡Peligro, peligro! ¡El gato se está asomando!” Al oírla, todos los amigos se dispersaron como hojas arrastradas por una tormenta.
Nieve, al verse solo y rechazado, comenzó a llorar suavemente. “¿Por qué nadie quiere ser mi amigo? ¡Todos huyen de mí!” Lira, que había sido testigo de su tristeza, se acercó con cuidado y le dijo: “No queremos hacerte daño, pero todos piensan que eres malo solo por tu apariencia. ¿Por qué no nos cuentas lo que sientes?”
El gato, con un hilo de voz, respondió: “No quiero hacerles daño, solo quiero ser su amigo”. Conmovida por sus palabras, Lira sonrió y le dijo: “Entonces, ¡seamos amigos! Todos merecen una oportunidad.” Desde ese día, el bosque se llenó de risas, y Nieve, el gato solitario, descubrió que la amistad podía florecer incluso en los corazones más temerosos. Y colorín colorado, el cuento se ha acabado. Fin.
En un bosque encantado, Lira, el hada, aprendió una valiosa lección sobre la amistad y la aceptación. Cuando Nieve, el gato solitario, fue rechazado por su apariencia, Lira se dio cuenta de que el miedo puede nublar el juicio de los demás. A través de su valentía y empatía, decidió acercarse a Nieve y escuchar su corazón. Así, comprendió que cada ser, independientemente de su aspecto, tiene sentimientos y anhelos.
La moraleja de esta historia es que no debemos juzgar a los demás por su apariencia exterior. La verdadera amistad se basa en conocer y comprender a los demás. A veces, las diferencias pueden asustarnos, pero si nos atrevemos a abrir nuestros corazones, podemos descubrir amistades maravillosas. Todos merecen una oportunidad para ser comprendidos y aceptados.
Así, el cuento nos enseña que, al igual que en el bosque de Lira, la diversidad puede enriquecer nuestras vidas, y la empatía puede transformar el miedo en amor y aceptación. Recuerda, lo importante no es cómo lucimos, sino cómo somos por dentro.