El Eco de las Páginas Olvidadas

Había una vez un pequeño pueblo llamado Narraluna, donde todos los libros estaban llenos de polvo y olvidados en estantes viejos. Un día, una niña curiosa llamada Clara decidió explorar la biblioteca del pueblo. Mientras hojeaba las páginas de un libro antiguo, un suave eco comenzó a resonar en la habitación. Era como si las palabras estaban tratando de contarle un secreto.

Intrigada, Clara continuó leyendo y, de repente, las palabras comenzaron a cobrar vida. Los personajes de la historia se asomaron de las páginas, llenos de preocupación. «¡Alto! ¡No sigas leyendo!», gritaron en coro. «Cada vez que alguien lee nuestra historia, algo terrible ocurre. ¡Nos arrastran a un mundo donde nunca podremos volver!»

Clara, sorprendida, se dio cuenta de que su curiosidad había causado una desgracia en el mundo del libro. Los valientes caballeros, las mágicas criaturas y las hermosas princesas estaban atrapados por su propio relato, y la única forma de liberarlos era dejar de leer. Con el corazón apesadumbrado, Clara cerró el libro, pero el eco de sus palabras seguía resonando en su mente: «Nosotros dependemos de ti, pero tú también necesitas de nosotros.»

Desde aquel día, Clara se convirtió en la guardiana de las historias olvidadas. Aprendió que cada libro tiene su propio mundo y que, a veces, es mejor escuchar su eco desde la distancia. Así, en lugar de leer, se sentaba con otros niños para contar les las historias de manera oral, dejando que la imaginación volara libre. Y así, el eco de las páginas olvidadas se convirtió en un suave susurro, recordando a todos que la verdadera magia de un cuento no siempre está en leerlo, sino en compartirlo.

Moraleja:

La historia de Clara nos enseña que los libros son tesoros llenos de mundos mágicos, pero también tienen su propia vida y secretos. A veces, la curiosidad puede llevarnos a situaciones inesperadas, como cuando Clara liberó a los personajes atrapados en su relato. La verdadera magia no solo reside en leer, sino en compartir historias, dándoles vida a través de nuestra imaginación y voz.

Es importante recordar que cada cuento tiene un significado y una historia que contar, y que al compartirlos, podemos viajar a esos mundos sin perder a sus habitantes. Clara descubrió que al contar las historias de forma oral, permitía que otros también se unieran a la aventura sin arriesgar el equilibrio de esos universos.

Así, aprendemos que la lectura es valiosa, pero compartir lo que aprendemos y lo que sentimos al leer es aún más poderoso. La amistad y la imaginación crecen cuando contamos historias juntos. Por eso, siempre que tengas un libro en tus manos, piensa en cómo puedes dar vida a sus palabras, no solo para ti, sino para todos a tu alrededor. ¡Las historias están hechas para ser compartidas!

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