**Ecos de la Infancia: Una Carta a Mi Compañero de Aventuras**
Querido Lauti:
Hoy me senté a recordar esos momentos tan especiales que compartimos, y no pude evitar escribirte. A veces, la distancia parece separarnos, pero en mi corazón siempre estarás. Fuiste más que un amigo; eras mi compañero de aventuras, mi refugio en los días grises. Recuerdo nuestras risas, los juegos en el parque y las meriendas que compartíamos con nuestras familias. Eras como el hermano que siempre soñé tener.
¿Te acuerdas de aquellas vacaciones en las que te fuiste y yo me sentía tan triste? ¡Hasta me dio fiebre de tanto extrañarte! Cada vez que te veía jugar con tus primos, me dolía el corazón porque deseaba estar a tu lado. Pero a pesar de la distancia, siempre encontrábamos la forma de reír y jugar, y esos recuerdos son un tesoro que guardo con cariño.
Los días de cumpleaños eran los mejores, porque siempre estabas ahí, celebrando a mi lado. Gracias por compartir a tu mamá conmigo y por ser parte de esos momentos tan mágicos. Sin embargo, el día que te fuiste fue un golpe fuerte para mí. Sentí que una parte de mi infancia se marchó contigo, y no había palabras que pudieran consolarme.
Te quiero muchísimo, Lauti. Hoy, al contarles a mis hijos sobre nuestras travesuras y aventuras, siento que aún estás aquí, como un ángel que nos cuidó. Aunque estés lejos, siempre serás mi amigo del alma. ¡Por siempre juntos en nuestros recuerdos!
Con cariño,
Roci.
**Moraleja:**
La amistad es un tesoro que trasciende el tiempo y la distancia. A veces, las personas que amamos deben irse, pero los recuerdos que compartimos con ellas permanecen en nuestro corazón para siempre. Como Roci y Lauti, quienes vivieron aventuras inolvidables, aprendemos que los momentos felices que pasamos con nuestros amigos son joyas que nadie puede robarnos.
Aunque la distancia pueda hacernos sentir tristes, siempre podemos sentir la presencia de esos seres queridos en nuestras memorias y en las historias que compartimos con otros. La amistad verdadera nunca se apaga; se transforma y nos acompaña en cada etapa de nuestra vida.
Así que, cuando extrañes a un amigo, recuerda que el amor y la alegría que vivieron juntos siempre estarán contigo. Cuida esos recuerdos, cuéntalos y revívelos, porque son la magia que ilumina nuestros días grises. Y aunque la vida nos lleve por caminos diferentes, siempre podremos llevar a nuestros amigos en el corazón, como un faro que nos guía. ¡Valora cada momento y cada risa, porque esos son los verdaderos regalos de la vida!