Andrés se encontraba en medio de un mercado lleno de colores, olores y sonidos desconocidos para él. Se sentía emocionado y un poco nervioso al mismo tiempo, pero recordó que estaba en un sueño y decidió explorar sin miedo. Caminó por entre los puestos llenos de frutas exóticas y extrañas telas, maravillado por todo lo que veía.
De repente, un niño se acercó a él con curiosidad. Era un niño chino, con ojos rasgados y una sonrisa amigable. Andrés le mostró la bola del mundo que llevaba consigo y el niño la miró con asombro. Señaló hacia un lugar en el globo terráqueo y comenzaron a hablar en un idioma que ambos entendían, como si fueran viejos amigos.
El niño le contó a Andrés sobre la cultura china, los dragones y las tradiciones milenarias. Juntos recorrieron las calles estrechas y bulliciosas de la ciudad, probando deliciosas comidas callejeras y descubriendo lugares increíbles. Andrés se sentía feliz de estar viviendo esa aventura inesperada en un lugar tan lejano.
De repente, Andrés escuchó una voz lejana llamándolo. Abrió los ojos lentamente y se dio cuenta de que estaba de vuelta en su habitación, con la bola del mundo en sus manos. Se sintió un poco triste al darse cuenta de que todo había sido un sueño, pero al mismo tiempo se sintió agradecido por haber vivido una experiencia tan maravillosa.
Desde ese día, Andrés siguió soñando con viajar y conocer nuevos lugares. Recordaba con cariño su aventura en China y sabía que algún día, cuando fuera mayor, haría realidad su sueño de recorrer el mundo entero. Mientras tanto, seguiría saltando de hoja en hoja, de país en país, imaginando las maravillas que le esperaban en cada rincón del planeta.
Moraleja: Los sueños pueden llevarnos a lugares maravillosos y enseñarnos cosas nuevas, pero también es importante recordar que la verdadera aventura está en vivir cada día con curiosidad y valentía. No importa si estamos en un mercado lleno de colores o en nuestra propia habitación, siempre podemos descubrir algo emocionante si estamos dispuestos a explorar y aprender. Así que no tengas miedo de soñar en grande, pero recuerda que la magia más grande está en disfrutar el presente y en buscar la belleza y la amistad en cada lugar que visites, ya sea en tus sueños o en la realidad. ¡La vida es una aventura que vale la pena vivir!