En la selva vivían un canguro, una coneja y una leona. Un día, la leona organizó una competencia de salto para ver quién era el animal más ágil. El canguro y la coneja estaban emocionados por participar, pero la leona les advirtió que no toleraría trampas.
La competencia comenzó y el canguro demostró su habilidad saltando muy alto. La coneja, sintiéndose intimidada, decidió engañar y colocó una pequeña piedra en el camino del canguro. Al saltar, el canguro tropezó y cayó al suelo. La leona se acercó y le preguntó qué había pasado.
El canguro, con valentía, le contó a la leona sobre la trampa de la coneja. La leona, impresionada por la sinceridad del canguro, decidió descalificar a la coneja por su falta de honestidad. A partir de ese día, el canguro y la leona se convirtieron en grandes amigos, aprendiendo juntos el valor de la sinceridad y el respeto en la selva.