Había una vez un niño llamado Martín de seis años que se encontraba solo en la bulliciosa ciudad. Estaba buscando un regalo especial para su abuelita, pero de repente se dio cuenta de que lo había perdido en medio de tanta gente y edificios altos. Martín empezó a sentirse preocupado y triste.
Decidió recorrer las calles en busca de su regalo, cuando de repente una señora en un coche se detuvo a su lado y le preguntó qué le sucedía. Martín, con ojos cristalinos, le contó su problema. La señora, conmovida, le ofreció ayuda y juntos comenzaron a buscar el regalo por toda la ciudad, recorriendo parques, plazas y tiendas.
Después de un largo rato de búsqueda, finalmente encontraron el regalo en un pequeño parque escondido entre los árboles. Martín estaba radiante de felicidad y agradeció a la señora por su amabilidad. La señora, con una sonrisa en el rostro, le deseó suerte y se despidió. Martín corrió emocionado hacia la casa de su abuelita para entregarle el regalo perdido y contarle su emocionante aventura en la ciudad.