**El Lago de los Sueños: Aventura en la Isla Mágica**

Había una vez en una hermosa isla, una niña llamada Yeshua que vivía con sus primos, Están y Sofía. Un día, mientras jugaban en el campo, encontraron un lago brillante. Pensando que era una alberca, corrieron a casa para ponerse sus trajes de baño. Sin saberlo, al tocar el agua, fueron arrastrados a un mundo mágico donde todo lo que imaginaban se hacía realidad.

Cuando llegaron, se encontraron rodeados de paisajes coloridos, con árboles de caramelos y flores que cantaban. De repente, un unicornio apareció flotando en el aire. «Bienvenidos al Mundo de los Sueños», dijo el unicornio, sonriendo. «Aquí hay dulces y maravillas por doquier». Los tres primos, emocionados, comenzaron a explorar y a disfrutar de los deliciosos manjares que los rodeaban. Yeshua, Están y Sofía hicieron un deseo: que esta aventura nunca terminara.

Pero, de repente, Yeshua sintió un tirón y se despertó en su cama. Corrió al cuarto de Están y le preguntó: «¿Tú también soñaste con el unicornio?». «¡Sí!», respondió Están lleno de alegría. Rápidamente fueron a buscar a Sofía, quien también había tenido el mismo sueño. Decidieron que debían explorar la isla, así que salieron juntos.

Al llegar al lago, vieron que era el mismo de su sueño. «¡Vamos a meternos otra vez!», exclamó Están. Esta vez, sin miedo, se sumergieron y se encontraron de nuevo en el mundo mágico. Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que necesitaban regresar. Encontraron una puerta misteriosa detrás de una cascada, que los llevó de vuelta al lago. Exhaustos pero felices, decidieron ir a casa y disfrutar de una película con palomitas. Así, los tres primos aprendieron que la verdadera magia estaba en la compañía y las aventuras compartidas, y vivieron felices por siempre. Fin.

Moraleja:

Moraleja:

A veces, los sueños y la magia pueden llevarnos a lugares extraordinarios, pero lo más valioso siempre está cerca de nosotros: la amistad y los momentos compartidos. Yeshua, Están y Sofía descubrieron que, aunque el mundo de los sueños era fascinante, la verdadera felicidad se encontraba en explorar juntos, reír y disfrutar de la compañía del otro.

La aventura en el lago les enseñó que no necesitan un mundo mágico para ser felices; basta con tener a sus seres queridos a su lado. Cada día está lleno de oportunidades para crear recuerdos inolvidables, ya sea en un lugar mágico o simplemente en casa viendo una película.

Así que recuerda, la verdadera magia reside en los lazos que formamos con quienes amamos. Sal a explorar, juega, ríe y disfruta de esos momentos, porque son ellos los que llenan nuestra vida de alegría y amor. La aventura más emocionante siempre puede estar a la vuelta de la esquina, en el abrazo de un amigo o en una simple tarde de diversión. ¡Haz que cada día cuente!

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