El Susurro Dorado de las Hojas

**El Susurro Dorado de las Hojas**

En un bosque encantado, donde el sol brillaba suave, llegaba el otoño con su manto dorado. Las hojas, al caer, formaban un tapiz brillante, como si el suelo estuviera cubierto de estrellas danzantes. Los niños, emocionados, corrían entre los árboles, escuchando un susurro mágico que el viento traía consigo. ¡Era el Susurro Dorado de las Hojas!

«¡Ven, ven!», decían las hojas al caer, «juguemos y riamos, dejemos el temor. En el aire fresco, y bajo el cielo azul, podemos crear historias que brillen como el sol.» Los pequeños, llenos de alegría, recogían hojas de colores, cada una con un secreto, un cuento por contar. A cada paso, el bosque parecía reír, y el eco de su risa llenaba el corazón de los niños.

Una hoja roja, juguetona y brillante, se posó en el sombrero de un niño. «¡Soy la hoja de la aventura!», susurró con un guiño. «Si me sigues, encontraremos un mundo de sueños, donde los árboles son gigantes y las ranas cantan canciones de amor.» Y así, el grupo de amigos se adentró en el bosque, siguiendo a la hoja que los guiaba con su suave susurro.

Al final del día, cuando el sol se escondía y el cielo se pintaba de naranja, los niños regresaron a casa, llenos de historias. «Recordemos el Susurro Dorado», dijeron, “porque cada hoja que cae tiene un cuento que contar”. Y así, en cada otoño que venía, los niños volvían al bosque, sabiendo que el viento siempre les traería nuevos sueños a descubrir.

Moraleja:

**Moraleja:**

El bosque encantado nos enseña que cada cambio trae consigo nuevas oportunidades y aventuras. Así como las hojas caen en otoño, debemos aprender a dejar ir el miedo y la tristeza, y abrir nuestros corazones a lo nuevo. Las hojas, con su Susurro Dorado, nos recuerdan que en cada despedida hay una historia que contar y un sueño por descubrir.

Cuando nos atrevemos a seguir el llamado de la curiosidad y la alegría, encontramos magia en los lugares más simples. La risa y la amistad son los tesoros que llevamos en nuestro interior, capaces de iluminar hasta los días más grises.

Así que, al igual que los niños que corren entre los árboles, nunca olvides que cada hoja caída es una invitación a explorar, a jugar y a soñar. La vida está llena de sorpresas, y siempre habrá nuevos cuentos esperando ser descubiertos. Recuerda que el Susurro Dorado de las Hojas nos anima a abrazar cada estación de nuestra vida con valentía y alegría. ¡Cada día es una nueva aventura!

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