Nerea era una niña mexicana de diez años que siempre había soñado con la magia. Un día, mientras exploraba el mercado de su barrio, encontró un antiguo libro de hechizos en una tienda llena de objetos misteriosos. Al abrirlo, una luz brillante la envolvió y, de repente, se encontró en la entrada del Colegio de Encantamientos, un lugar donde la magia y la amistad eran los pilares de la enseñanza.
Al llegar, Nerea conoció a sus compañeros: un niño con alas de mariposa llamado Leo y una chica que podía hablar con los animales, llamada Sara. Juntos, se embarcaron en una emocionante aventura para descubrir sus habilidades mágicas. En su primer día, los profesores les enseñaron a hacer pociones y a volar en escobas. Nerea se sintió feliz y emocionada, pero también un poco nerviosa, porque quería demostrar que podía ser una gran hechicera.
Una tarde, mientras exploraban el bosque encantado que rodeaba el colegio, encontraron un pequeño dragón atrapado en una trampa de oro. El dragón, que se llamaba Flama, les pidió ayuda. Nerea, Leo y Sara unieron sus fuerzas y, usando sus habilidades mágicas, lograron liberar al dragón. Como agradecimiento, Flama les ofreció un deseo. Nerea, pensando en sus amigos y en su hogar, pidió que todos los niños del mundo pudieran sentir la magia de la amistad.
El deseo se hizo realidad, y desde ese día, el colegio se llenó de risas y alegría, como un verdadero hogar. Nerea aprendió que la verdadera magia no solo estaba en los hechizos, sino en los lazos que creamos con los demás. Así, cada día en el Colegio de Encantamientos se convirtió en una nueva aventura llena de sorpresas, enseñanzas y, sobre todo, mucha amistad.
La historia de Nerea nos enseña que la verdadera magia no reside en los hechizos ni en los poderes especiales, sino en los lazos de amistad que formamos con los demás. A veces, podemos pensar que ser grandes o tener habilidades extraordinarias es lo más importante, pero lo que realmente nos hace especiales son los momentos que compartimos con nuestros amigos y la bondad que mostramos hacia los demás.
Cuando Nerea y sus amigos ayudaron al pequeño dragón Flama, no solo utilizaron sus habilidades mágicas, sino que también demostraron su valentía y su deseo de ayudar. Al pedir que todos los niños del mundo pudieran sentir la magia de la amistad, Nerea comprendió que la felicidad se multiplica cuando se comparte.
Así que recuerda, cada vez que te enfrentes a un desafío, mira a tu alrededor y encuentra a tus amigos. Juntos, pueden lograr cosas maravillosas y hacer del mundo un lugar más mágico. La amistad es el hechizo más poderoso que existe, y siempre está a nuestro alcance, solo tenemos que abrir nuestro corazón y compartirlo. ¡La magia está en ti y en quienes te rodean!